Historia del Principado de Mónaco
Historia del Principado de Mónaco

El Principado de Mónaco es un país conocido por su familia real, por el Gran Premio de Fórmula 1 y por el lujo de sus hoteles y boutiques pero ¿conoce cómo se creó el país? ¿Quisiera conocer todos los detalles de un enclave tan especial en la costa del Mediterráneo? Pues sólo tiene que seguir leyendo.

El origen

Mónaco, Monaikos en griego, fue una colonia de los griegos creada en el siglo VI antes de Cristo. Su intención era poder comerciar mejor con los ligures. La palabra proviene directamente del dios Hércules Monoecus. De hecho, los romanos fundaron a posteriori Puerto Hércules. Curiosamente, las tres civilizaciones antedichas pensaban que la citada deidad había estado en este lugar. La entonces colonia fue romana hasta el último cuarto del siglo V. Sarracenos y germanos ocuparon la colonia. Los primeros fueron expulsados en el novecientos setenta y cinco, los segundos en el siglo XI lo que provocó el regreso de los ligures.

Puerto de Hércules
Puerto de Hércules

En el mil ciento noventa y uno Enrique VI, emperador del Imperio que compartían romanos y germanos, le cedió a Génova, ciudad originaria de los ligures, la soberanía. En el mil doscientos quince Fulco del Cassello decide comenzar a construir una fortaleza en el punto más alto de la colonia. La idea era defenderse de los güelfos y ofrecerles apoyo logístico a sus militares. Fue entonces cuando comenzaron a ofrecerles ventajas fiscales a los genoveses que querían mudarse a la región

Siglos XII-XVI

El ocho de enero de mil doscientos noventa y siete Francisco Grimaldi, güelfo, pariente del cónsul de Génova en el siglo doce, decide invadir la fortaleza.  Usó una técnica similar a la del Caballo de Troya. Se disfrazó de religioso y desde dentro les abrió las puertas a sus soldados. En mil trescientos uno Grimaldi y los suyos fueron de nuevo expulsados de Mónaco aunque la familia del antedicho optó por apoyar al rey de Francia. Curiosamente, Raniero I Grimaldi logró vencer al ejército holandés en Zierikee (1304) y consiguió ser almirante del país vecino. Fue entonces cuando fundó la dinastía que hoy conocemos y que sigue gestionando los designios del país.

Este último citado era el padre de Carlos I Grimaldi que, en mil trescientos cuarenta y dos, logró expulsar a los genoveses y convertirse en “Señor de Mónaco” según su propia proclamación. Carlos seguía siendo fiel al rey de Francia. Al fallecer, en mil trescientos cincuenta y siete, Génova recuperó el poder en Mónaco.

Tras una serie de luchas con Génova, el proceso termina en mil cuatrocientos ochenta y nueve. El duque de Saboya y el monarca francés conceden la independencia a un país que, en mil quinientos nueve, recibió el último, e infructuoso, ataque desde Génova.

Siglos XVI-XIX

El país comienza a tratar con Francia y España pero deja atrás esa dependencia de otras naciones que había tenido hasta ahora.  Es más, en mil quinientos veinticuatro Mónaco estuvo protegida por España al no encontrar Agustín I de Mónaco el apoyo de Francisco I.  Un siglo estuvo el ejército español en el actual principado para proteger los intereses del país.

Honorato Segundo decidió, en la segunda mitad del siglo XVII expulsar, de forma militar, a los militares españoles.  Poco a poco se comenzaba a mejorar el palacio real del país. A principios del siglo XVIII lograron una embajada de la Santa Sede. Mónaco era ya un país reconocido aunque en mil setecientos ochenta y nueve-el cuatro de agosto-la familia real perdió todo lo que tenía en Francia y todas las ganancias generadas por las mismas.

Entre 1793 y 1814 Francia decidió ocupar el país al que denominaban Fuente de Hércules. Posteriormente se anexionó a San Remo. No fue hasta el treinta de mayo de mil ochocientos catorce cuando el país recuperó tal condición aunque Honorio IV, en mil ochocientos quince, no pudo ser nombrado príncipe al ser detenido. Fue entonces cuando pasó a formar parte del reino de Cerdeña.

De Mónaco dependían también Roquebrune, Menton y Niza. Cerdeña cedió esta última a Francia y las anteriores localidades decidieron, en mil ochocientos sesenta y uno, formar parte de Francia. Fue ese mismo año cuando Mónaco pasó a ser ya independiente para contar con el apoyo de Francia en caso de guerra.

Siglos XIX y XX

Cinco años después de la última fecha Carlos III cambia el barrio Spélugues por Montecarlo. Fue él el que creó el casino, el servicio de correos  y el que, en definitiva, modernizó el país. Ya en el siglo XX comenzó el rally de Montecarlo y todo parecía haberse tranquilizado aunque no fue así.

El apoyo galo le pasó una dura factura durante todo el siglo veinte al país. De hecho, fue invadido por las tropas nazis y liberado por Estados Unidos. Desde entonces la familia real ha sabido llevar a buen puerto al país convirtiéndolo en un centro turístico y financiero del viejo continente.

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